Relato de un suicidio
Se suicidó!, con firme convicción. Dejó la nota nombrando a su sucesor. Plasmó su marca en el lugar exacto para que luego alguien le encontrara. Empacó sus maletas dejando el lugar organizado. Aunque sabía que iba tarde a cumplir su encomienda, se miró por última vez y revivió cada esquina del espacio que habitó por 31 años. Ante el despecho por un amor iluso que le ignoró, se despegó de su comodidad. Suicidándose al tirarse al vacío de lo que parecía un canal interminable. Llegó al fin de su suplicio rodeándose de sangre y tejidos deshechos por el trauma. Finalmente hoy, entre mis piernas, desfila la caravana de lamentos y recuerdos del óvulo crónicamente deprimido. Que descanse en paz, amén!
© Y.S.B. 2006
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