Mataron a uno, hirieron a tres
El helicóptero hace rondas
Todos cierran las ventanas, cierran las puertas
“Si no lo veo, no existe, no pasó”
La sangre chorrea fresca en la brea
Los cesos se esparcen en almohada de terciopelo
Los casquillos están regados, el calor aún presente
Mataron a uno, hirieron a tres
Las esposas, las chillas, las novias, las madres gritan, lloran, caen en síncope de sus pies
Los panas rebulean, dan puños, se encojonan, planifican venganza, planifican bien
Disminuye la velocidad de los carros
Las sirenas se acercan
Llega la guagua negra con el fiscal
Llega la guagua blanca con los que tienen que levantar
Mataron a uno, hirieron a tres
Retumban las hélices en el eco de los edificios
Las luces de la patrulla hacen juego con el silencio que ensordece
Se oye el murmullo del “qué pasó, quién fue, cómo fue?”
Mataron a uno, hirieron a tres
Lágrimas y sangre adornan la cuadra esta navidad
No se cantará, no se beberá
Rezaran las devotas y beatas, mientras afuera se planifica el contraataque
La viuda consuela a la chilla, la madre acurruca el hijo de la amante
Las fiestas se ponen oscuras, el presagio de muerte ronda la esquina
Las noches se inquietan, tiemblan, no quieren regresar…mataron a uno, todavía quedan tres.

(c) Y.S.B. 2005