Declaración de amor en un cuarto oscuro

Vi tus ojos en el cuarto oscuro.
Recordé la primera vez que delineé tu rostro.
Eras niño
eras novato
la vida no te había otrogado estrellas
no te encontraba atractivo.
Hubo silencio
el espacio succionando los sonidos
y solamente tus labios
rosados
fuertes
con ese espacio que permanece aún cuando los unes,
emitían palabras.
Cerré mis párpados
experimenté la tensión de tus manos
antebrazos temblorosos alrededor de mis caderas
el hermoso calor de tu perfil recostado sobre mi vientre.
Gocé el andar de los dedos entre cada hebra de tu cabello
la caricia deseosa al anclar en tu cuello
media sonrisa de mi boca cerrada anunciaban mi mujer deseosa.
Mire tu cara recordando tus gestos
la linea que se forma entre tus cejas cuando vives coraje
la mirada esquiva cuando sabes que algo no hace sentido
la manera en que tus ojos se convierten en fuego ante el peligro
la suave curva de tu boca cuando estás vulnerable.
En ese momento mientras me perdía en tu cuerpo,
en ese momento cuando te perdías en el mío,
te amé
declarando mi amor a viva voz
cuando un zumbido llegó a mi oído
un tumulto de gente giraba sus caras de repudio hacia mí
¡No estabas!
Y ví una luz
una luz que cegó mi vista y aumentó las lágrimas al no saberte conmigo
de la luz llegó una voz que suavemente dijo:
“Señora, debe hacer silencio durante la película”
Lloro tu ausencia mientras callo
Te veo en el próximo largometraje, amor mío...espérame, no tardo.

Y.S.B. © 2007

Inspirado por y dedicado a un hombre a quien jamás pensé le declararía mi deseo: Leonardo DiCaprio. Cómo ha crecido, tanto el hombre como el actor. No duden, neuronas que se conectan, que esto lo escribí luego de un maratón de DiCaprio en sus películas The Departed y Blood Diamond...y bajo la influencia de demasiado té verde, jajaja. Que lo disfruten, abrazos!